1. Lo espiritual y lo secular. El comunismo mantuvo su poder en Europa del Este a través del miedo, la represión y la brutalidad. Sin embargo, no pudo ser erradicado por la fuerza. Como el preeminente historiador polaco Dr. Norman Davies declara en el documental: “Sólo podría ser derrotado por el poder espiritual”. La historia de la caída del comunismo en Polonia y la liberación de un continente demuestra dramáticamente esta verdad. Cuando Juan Pablo II comenzó su histórica peregrinación de 9 días en junio de 1979, al celebrar misa en la Plaza de la Victoria de Varsovia, pidió a Dios que “enviara su Espíritu y renovara la faz de la tierra”, añadiendo después de una pausa dramática: “la faz de esta tierra”. Era un poderoso indicador de que en última instancia Dios era soberano y no el régimen comunista. Sus numerosos discursos y homilías durante esa peregrinación ayudaron a los polacos a darse cuenta de la verdad sobre su identidad católica, restaurando un sentido de dignidad y valor. Esta transformación propició el surgimiento de “Solidaridad”, el primer sindicato independiente que existió bajo el régimen comunista, y el eje de una revolución popular que derrumbó el telón de acero.
2. El primer dominó: Polonia. Karol Wojtyła procedía de Polonia, el país más católico de los países del Pacto de Varsovia, que en 1978 se convirtió en el hogar del primer Papa no italiano en 455 años. La Iglesia católica de Polonia, que había sufrido inmensamente durante la Segunda Guerra Mundial y la subsiguiente represión soviética, experimentó una renovación espiritual gracias a la “Gran Novena” dirigida por el Cardenal Stefan Wyszynski, y que culminó en la celebración de los mil años de cristianismo en Polonia, en 1966. Incluso antes de su elección como Papa y su regreso triunfal a Polonia, Juan Pablo II estuvo profundamente involucrado en plantar las semillas de la resistencia futura. Como sacerdote popular dedicado a la labor con jóvenes estudiantes universitarios, Wojtyła organizó muchos viajes en kayak y senderismo, ayudó a cultivar “zonas de libertad” en las que los jóvenes pudieran expresar su fe y compartir ideas en una nación donde el pensamiento libre fue sofocado. Más tarde, como Arzobispo de Cracovia, Wojtyła ayudó a inspirar a numerosos intelectuales y obreros unidos por la convicción de que la persona humana fue hecha para la libertad. La rica fe del país fue un terreno fértil que permitió que las semillas de la peregrinación de 1979 dieran lugar al movimiento Solidaridad.
3. La relevancia de Juan Pablo II en Europa Central y Oriental. La revolución de la dignidad en Ucrania, en 2014, no se produjo en el vacío. Los ucranianos se levantaron para defender su deseo de ser respetados como una nación libre con una orientación europea. Lo que comenzó como un movimiento de resistencia a un gobierno corrupto se convirtió en un movimiento de amplia base para reconstruir la sociedad civil en Ucrania como fundamento esencial para la nación. Estos valores fueron una parte clave del mensaje post-comunista de Juan Pablo II a las naciones liberadas de Europa Central y Oriental. El arzobispo Sviatoslav Shevchuk describió el levantamiento como “una larga e inspirada peregrinación desde el miedo y el fraude hasta la dignidad y la integridad”. Shevchuck dijo: “San Juan Pablo II nos protegerá y protegerá al mundo de los nuevos telones de acero y los nuevos muros de Berlín”